Reflexiones antes del comienzo del WPT Gran Canaria Open

Esta semana comienza el WPT Gran Canaria Open y ayer tuve el honor de acudir a la presentación del torneo junto con Jordi Muñoz. Estoy impaciente por jugar en casa y darlo todo, pero antes os cuento mis impresiones sobre los dos últimos torneos, Valladolid y Mijas, han seguido un patrón muy similar, y que evidentemente, marca de forma clara la tremenda igualdad existente en el pádel actual donde se cumple escrupulosamente el tópico de que no existe partido sencillo ni rival pequeño.

Los cruces se acaban decidiendo por pequeños detalles, obligándote a mantener la intensidad muy elevada durante todo el partido, por jugar puntos decisivos y cruciales de un modo más efectivo que el rival, o simplemente, porque “sale cara en la moneda”, porque no nos engañemos, es deporte y el factor suerte también aparece en muchas ocasiones para desnivelar la balanza.

Es increíble observar cómo estos últimos años las primeras rondas de los torneos se han convertido en auténticas batallas “padeleras”, donde la palabra “sufrimiento” nos acompaña a nosotros como pareja, y también tiñe todos los partidos incluso desde la fase pre-previa. Sin duda, la frase futbolera de “partido a partido” cobra especial significado en el World Padel Tour del 2017, ya que los cruces no te dejan ver más allá, no puedes permitirte el lujo de invertir ni un minuto en predecir un resultado o pronosticar un futuro cruce.

El nivel del pádel profesional se ha elevado de un modo espectacular, aparecen chicos jóvenes con un altísimo nivel técnico y un desparpajo y “osadía” acorde a su edad, lo que ha hace que los jugadores más “veteranos” tengamos que seguir mejorando, evolucionando y trabajando con más intensidad aún si cabe para continuar estando en lo alto del ranking. Además, la entrada de estas nuevas parejas de jóvenes jugadores a los cuales es la primera vez que nos enfrentamos, nos plantean dificultades añadidas por el poco conocimiento sobre su juego y la nula presión que les acompaña, y que no se plantean con parejas más veteranas a las que nos hemos enfrentado durante muchos años. Todo ello hace de estos cruces, partidos muy igualados y enriquecedores para los espectadores deseosos de sabia nueva y resultados sorpresa.

Así lo vimos y padecimos en Valladolid con Tello/Chingoto que nos alejaron merecidamente de nuestra segunda semifinal del año y se convirtieron ya en una realidad como pareja, o con Belluati/Galán que también han pisado sistemáticamente rondas finales, o incluso con la victoria de Stupa en Mijas.

En nuestro caso, el haber sacado adelante partidos tan sufridos en estos últimos torneos con muchos puntos de partido en contra, no es fruto de la casualidad, además nos fortalece como pareja y nos reafirma en que estamos trabajando de un modo correcto y efectivo, aunque aún con gran margen de mejora. Debemos mantener nuestro nivel de intensidad de un modo más constante, tratando de evitar altibajos durante los partidos que les proporciona a nuestros rivales bocanadas de “aire fresco” para seguir vivos durante los partidos o que les ofrezca la posibilidad de desnivelar la balanza.

Ahora empieza la temporada de los torneos que se disputarán bajo techo lo que seguramente pueda darnos nuevas alternativas, y ello comenzará en mis amadas Islas Canarias esta semana, donde por supuesto, esperamos encontrar nuestro mejor nivel y materializarlo en un gran torneo.

 

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